domingo, 13 de marzo de 2011

publicacion 9 del blog embriologia Parcial 3

Los animales transgénicos

Inseminación artificial, transferencia embrional y construcción de quimeras son, según los científicos, métodos toscos y rudimentarios de manipulación genética. En estos momentos se aspira a la manipulación directa del mismo ADN, con objeto de obtener el animal transgénico, elaborado en principio según las necesidades de la producción ganadera.

Sin embargo, a diferencia de la manipulación genética en el mundo vegetal (ver Integral n°. 102) en el mundo animal existen algunos obstáculos que retrasan la «hazaña». Dado que el genoma que el genoma de los animales es mucho más complejo que el de los vegetales, existe todavía gran escasez de información en torno a sus estructuras. Además, la implantación de un nuevo gen en el genoma animal presenta diversos riesgos: cualquier inserción debe realizarse con un conocimiento muy exacto del gen que se va a reemplazar y de las relaciones estructurales de ese nicho genético con el genoma en conjunto, o se corre el riesgo de neutralizar genes quizá básicos para el crecimiento o que acarreen la muerte del embrión.

En 1983, en la Universidad de Washington y Pensilvania se consiguió insertar con éxito un gen de la hormona del crecimiento humano en el genoma de un embrión de ratón. Los ratones que surgieron de esta manipulación tenían el doble del tamaño normal. En 1985, en la Universidad de Ohio se implantaron genes de la hormona del crecimiento de un conejo en embriones de ratones; también en este caso surgieron ratones gigantes. Debido a estos éxitos, el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos subvencionó otra serie de experimentos en microgenética en los que se insertaron genes de la hormona humana del crecimiento en embriones de cerdos y corderos; sin embargo los resultados no fueron demasiado alentadores: en los pocos ejemplares que sobrevivieron a la implantación se apreciaban graves deformaciones óseas en su crecimiento, así como dolencias reumáticas en las extremidades y defectos oculares como el estrabismo.

En los laboratorios europeos la manipulación genética se orienta hacia el mundo piscícola, habiéndose conseguido en este campo algunos resultados notables.

Hace un año, el veterinario Gottfried Brem, de la República Federal Alemana, puso en una probeta con unos huevos fecundados de perca una solución de ADN que contenía el gen de la hormona del crecimiento humano, así como el gen del ratón conocido como Metalotionoino, cuya misión es activar la acción del nuevo gen recién injertado. Muchas de las crías de perca objeto del experimento habían incorporado los genes humanos y del roedor a su propia sustancia hereditaria.

En la Universidad británica de Southampton, diversos científicos trabajan en la obtención de un pez transgénico: la super-trucha. La trucha tiene demanda en el mercado y su cría en piscifactorías es fácil, aunque uno de los pocos problemas que tiene se relaciona con la pureza de las aguas, ya que es muy sensible a cualquier contaminación. En Southampton se está tratando de insertar en el ADN de la trucha un gen proveniente del ratón de campo para prestarle cierta inmunidad contra la toxicidad de los metales pesados. Al mismo tiempo se le injertará un gen de rana para que su organismo produzca globina, y así sea capaz de vivir en estanques y charcas con poco oxígeno.

Esta trucha-ratón-rana, podría ser criada perfectamente en ríos y estanques contaminados, en los que hoy es imposible su explotación. ¡He aquí cómo la ingeniería genética soluciona los problemas ambientales!.

Laboratorios estatales y privados de países como Estados Unidos, Canadá y Noruega -estados tradicionalmente pesqueros- se hallan enfrascados en una febril carrera hacia la manipulación genética de la fauna piscícola marina. Se especula sobre la posibilidad de aislar el gen que permite que la merluza viva en aguas muy frías y trasladarlo al salmón, lo que permitiría al salmón tener una mayor actividad metabólica en invierno, aumentando así su volumen y peso.

Lo único que impide que la investigación marche a pasos agigantados es la falta de información sobre las secuencias de bases del ADN de los animales. Pero la suma total de las secuencias conocidas en animales superiores, no excede de 900 millones de letras, y los últimos modelos de computadoras especializadas en «leer» las bases de los genes, que los japoneses han puesto a la venta, escriben al día la secuencia de unas 300.000 bases, por lo cual se espera que en pocos años se pueda tener una información respetable sobre la mayoría de los ADN de los animales superiores.

Desde que en abril de 1987 la Oficina de Patentes de los Estados Unidos declaró que los animales manipulados genéticamente podían ser patentados libremente, ha empezado en todos los laboratorios públicos y privados del mundo que se dedican a la investigación genética una verdadera búsqueda, caza y captura del «gen» animal, lo cual no presagia nada bueno.

publicacion 9 del blog embriologia Parcial 3

Nombre: Astrid Niño
C.I: 19.768.081
Materia: Electronica del estado Solido
Seccion: 02


URL FUENTE: http://free-news.org/opiula02.htm

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